martes, 20 de marzo de 2012

EN ALTA MAR / La Machina Teatro

"La realidad se caracteriza por cosas que son tremendamente absurdas"





El pasado 28 de febrero tuvimos la oportunidad de ver un espectáculo teatral de gran calidad en el Teatro Municipal Concha Espina, de Torrelavega, dentro de las Jornadas Escolares de Teatro que organiza el Ayuntamiento de la ciudad.
La Machina Teatro nos sorprendió con su montaje En alta mar. Habíamos leído previamente la información que el grupo ofrece sobre la obra en su página web y habíamos visto fotografías y un trailer del montaje, sin embargo, comentando entre nosotros después la representación, surgieron muchas preguntas y se nos ocurrió que quizás  la compañia teatral podría darnos las respuestas. Nos pusimos en contacto con Paco Valcarce, el director, y muy amablemente nos contestó. Es de agradecer la consideración que han tenido, él, los actores y técnicos, con nosotros, además del tiempo que nos han dedicado y la profundidad de las respuestas. ¡Todo un lujo! Ahí van:

En una ocasión preguntaron a la célebre bailarina Isadora Duncan qué es lo que ella quería expresar cuando estaba danzando. La Duncan contestó que si pudiera expresarlo con palabras, entonces no bailaría. Con esto, queremos decir que las respuestas a todas las preguntas hay que buscarlas en la escena; el espectador es el que debe bucear entre las dudas e interrogantes y construir él sus propias respuestas.

Muchas veces no hay que intentar encontrar un argumento lógico en todo lo que percibimos. Cuándo algo se aleja de las formas manidas en los medios dominantes, sobre todo los productos audiovisuales, el espectador se descoloca.

Otra anécdota: Hace bastantes años, en una exposición de Picasso, una señora y el pintor mantuvieron el siguiente diálogo:

Señora: “Señor Picasso, me encantan sus cuadros, pero no los entiendo”.
Picasso: “Mi querida señora, ¿le gusta a usted el jamón?”
Señora: “Claro, me encanta”.
Picasso: “¿Y lo entiende?”

[Víctor apunta que todas las preguntas son bastante lógicas teniendo en cuenta que el imaginario hoy en día viene dado por la televisión y las películas cada vez más hiperrealistas desechando los films artísticos o más surrealistas; aún así es muy esperanzador que hayan estado tan atentos y se hagan todas esas preguntas porque quiere decir que algo les ha inquietado, que a mi parecer es uno de los propósitos que se le puede pedir al espectáculo.


A continuación intentamos aclarar las dudas formuladas por los alumnos, con las respuestas ofrecidas por Luis Oyarbide (actor) y Paco Valcarce (director).]

- ¿A qué se deben que los actores cambien la voz cuando repiten la mismas frases varias veces? ¿Y qué se pretende, casi al final, cuando repiten tres veces el diálogo y lo hacen de forma distinta cada vez? (Raúl, Óscar, Ángela, Pablo y David)

La obra, de alguna manera, está encuadrada en el teatro del absurdo, el cuál supuso en su momento una transgresión profunda respecto a los cánones dramatúrgicos imperantes al distorsionar la realidad. Ésta, la realidad, lo real, se caracteriza por un montón de cosas que, si las analizamos detenidamente, muchas veces son tremendamente absurdas. Una de las particularidades de lo real es la repetición, el movimiento cíclico, la reiteración de actitudes, conductas, palabras… Con esas repeticiones, queremos poner de relieve esta peculiaridad. Asimismo, evidencia el paso del tiempo. Por otro lado, el cambio de voz tiene que ver con la búsqueda de una interpretación totalmente antinaturalista, es un guiño al más burdo absurdo. La gracia del absurdo es que personajes “normales” tengan conductas absurdas. Pero quisimos, con esos apuntes, evidenciar el origen y adscripción del texto y de la situación al teatro del absurdo.
Hay dos ocasiones en las que los actores repetimos el texto tres veces seguidas, en la primera ocasión casi al principio de la representación y coincidiendo con la primera vez que hablamos y hacia la mitad de la obra, un poco antes de que entre el cartero. Desde un principio nos planteamos esta repetición de textos como una manera de expresar el paso del tiempo. Lo que pretendemos es que se entienda que las situaciones que van a tener lugar a lo largo de la obra no surgen en el primer día de naufragio sino al cabo de un tiempo, cuando ya se han acabado las provisiones. A partir de ahí, el director sugirió que cambiáramos la voz para crear en el público falsas expectativas, del tipo de "joder, empieza la obra con tres personajes balanceándose a contraluz, de repente suena una sirena y comienzan a caerse y evolucionar por el espacio, luego se cambian de ropa y ahora que parecía que empezaba de verdad, se ponen a hablar como unos oligofrénicos". Por otra parte, vendría a anticipar el carácter absurdo del texto y de la situación que éste reproduce. En la segunda ocasión en que repetimos tres veces un mismo texto, lo hacemos dos veces como si fuéramos oligofrénicos y la tercera vez en un tono "más naturalista", con la misma intención de expresar el paso del tiempo y de enlazar con el resto del discurso de la obra (hay un código de payaso, según el cual, un chiste se repita dos veces y a la tercera, cuando todo el mundo espera de nuevo la repetición, se produce la sorpresa).

- ¿Por qué los actores se ponen una nariz de payaso en el momento en que hacen campaña? ¿Tiene algo que ver con las pintadas que se hacen a los carteles electorales de los políticos? (Eva)
No exactamente, pero en cierto modo, sí que tienen que ver las dos cosas. Se pretende reflejar el mundo de las campañas políticas y los procesos electorales como un circo.
Efectivamente, la nariz de payaso tiene mucho que ver con las pintadas que se hacen a los políticos en los carteles de las campañas electorales. Pretendemos con ello ridiculizar los procesos electorales, donde los políticos prometen casi todos lo mismo aunque sean conscientes de que no van a poder cumplirlo y nosotros votamos como "borregos" creyendo que así participamos en un "circo" en el que al final nos toca hacer siempre de "tragasables", es decir, tragar con lo que salga.

- ¿Por qué la isla donde están los personajes es agua y en lo que se supone que es mar es sólido y se puede ir en patinete? (Raúl, Óscar, Pablo)

Se trata de una opción estética conceptual. No podíamos llenar todo el escenario de agua, pero sí quería que hubiera una presencia real de agua. El espacio dónde se desarrolla casi toda la acción es una balsa, y en ella siempre puede haber agua. Cuándo el cartero llega en patinete, suponemos que se desplaza nadando, o con un flotador, o…. Dentro del ambiente absurdo, quisimos que se desplazara sobre los aguas en patinete.
De entre todas las opciones que barajamos para construir la balsa, ésta fue la que más nos gustó. Por un lado participa del carácter absurdo del texto, por cuanto que efectivamente es lo opuesto a la realidad. Por otra parte nos permite que la escena del naufragio sea de una mayor plasticidad y también permite que la luz incida sobre el agua durante toda la obra, produciendo reflejos en el ciclorama que evocan constantemente la presencia del agua. Por otro lado, la opción más naturalista de una balsa rodeada de agua sería impracticable en un teatro. Del mismo modo, la llegada del cartero, de por sí absurda (¿cómo llega un cartero a una balsa de náufragos?) nos pareció mucho más divertida cuanto más absurda y surrealista fuera, así que preferimos que entrara en patinete, mucho más dinámico que fingiendo nadar y desde luego mucho más chocante e inesperado.

- Hay dos mujeres y sin embargo el único hombre es el que va a ser sacrificado ¿Tiene alguna explicación? (Pablo)
En el texto original, son tres hombres. Son tres representantes del género humano: hombres y/o mujeres. Nosotros jugamos esta opción, en un principio casi casualmente, pero sí puede tener una explicación. En algún sitio, esta opción provocó polémica. Nosotros no queremos ofrecer una explicación evidente sobre ello; queremos que provoque debate y que los espectadores reflexionen sobre ello.
El hecho de que los náufragos sean dos mujeres y un hombre no obedece a ningún criterio previo. Sencillamente disponíamos de ese elenco y nos pareció que podíamos abordar así la construcción de la obra, que en el texto original habla de tres hombres.
En cuanto a los personajes, el autor los nombra como "Grande, Mediano y Pequeño". El Grande sería Patricia Cercas, "la mujer de rojo", el Pequeño sería Luis Oyarbide y el Mediano, interpretado por Rita Cofiño.


- ¿Qué papel juega el personaje que no va de rojo? ¿Por qué se alía tan rápidamente con la otra? (Alia)
Me remito, en parte, a la respuesta anterior. Los personajes son arquetipos de conductas humanas. La obra es, al fin y al cabo, una reflexión sobre el género humano. En la propia naturaleza de los hombres y mujeres hay que encontrar las respuestas. ¿Por qué pensáis vosotros que se alían?
Este personaje es el más acomodaticio, el que va al sol que más calienta, un individuo eminentemente práctico que no duda en ponerse de parte del que se perfila como ganador desde un principio.

- ¿Cómo se os ocurrió montar una obra tan “surrealista”? (Pablo)
La vida es surrealista; todas las cosas que vemos como naturales, en realidad, muchas veces están contaminadas por el absurdo y por lo surreal.
Se nos ocurrió montar esta obra que ya conocíamos hace bastantes años porque nos pareció que contábamos con el elenco adecuado y que el tema (la dominación de unos sobre otros, la lucha por el poder...) nunca pasa de moda y siempre está de actualidad. Nunca habíamos montado una obra que pudiera encuadrarse dentro del "teatro del absurdo" y esto era también un atractivo para nosotros.

- ¿Cómo se explica que en un naufragio haya cosas tan lujosas como copas, tocados para el pelo y vestidos de lujo? (Eva)
¿No hemos quedado que es una obra absurda? Pero puede haber más explicaciones. En el espectáculo, hemos añadido un prólogo en que los personajes están en ropa de cama: pijama, camisón. Tienen un movimiento cadencioso y un sonido sordo que nos pueden sugerir su presencia en un barco, quizás en un crucero. Hay un caos; suponemos que una catástrofe que conduce a un naufragio. Posteriormente, vemos a unos náufragos… elegantemente vestidos. Hemos querido huir del tópico de náufragos vestidos de harapos y de otras puestas en escena que habitualmente los presentaban con traje negro y bombín (una especie de lugar común en el teatro del absurdo); hemos querido presentar a los personajes como lo que son: individuos pertenecientes a una clase alta. Y van vestidos con la indumentaria que tenían antes de naufragar; la que portaban en el crucero de lujo.
En cuanto a la presencia de objetos de valor y ropas elegantes, con ello se pretende mostrar que los náufragos pertenecen de alguna manera a la élite de la sociedad. En nuestro montaje se trata de justificar en la primera escena, donde suena la sirena de un transatlántico hasta que suena la sirena de alarma, se produce el naufragio y se ve como todos los náufragos intentan recuperar los objetos que han quedado "flotando en el agua" (En este caso, dos sillas y un baúl, donde se encontrarían todos estos enseres).

- El final no me queda claro ¿Qué pasa para que el hombre acepte morir, después de estar resistiéndose toda la obra? (Roberto, Raúl)
Eso digo yo, ¿por qué acepta el sacrificio? Ya lo dice otro personaje: “Ahora, él es feliz”…
El Pequeño acepta su sacrificio porque es gilipollas y ante la imposibilidad de escapar a su destino, decide aceptarlo y convertirse en héroe, en mártir, en salvador, a costa de su propia vida y para nada.

- ¿Tiene algún significado la iluminación? Parece que una obra ambientada en el mar debería predominar el azul, pero el rojo es el más frecuente ¿Qué sentido tiene?
En un buen espectáculo teatral, todo ha de tener sentido. La iluminación, además de un sentido estético, ha de estar al servicio de la dramaturgia. La iluminación aporta datos dramáticos, acota espacios, crea atmósferas, construye ambientes… En la luz de “En alta mar” hay azules y hay rojos, no creo que predominen éstos. En cualquier caso, el rojo contribuye a resaltar, a pesar del humor, el carácter trágico de la situación.
La iluminación juega un papel muy importante en todos nuestros espectáculos y contribuye en buena medida a dotarlos de gran belleza plástica. En ocasiones la iluminación crea ambientes determinados, envuelve la escena, etc.















Encuentro con Rocío Rueda

ROCIO RUEDA / Escritora

“Un libro es el viaje del que no puede coger el tren”


Viérnoles, marzo de 2012



El pasado jueves 1 de marzo estuvo con nosotros Rocío Rueda, la autora de El brazalete mágico, el libro que hemos leído en 1º de ESO durante este trimestre:



Rocío entra en la Biblioteca y le ofrecen asiento, pero ella no lo toma, se apoya en la mesa y empieza el encuentro saludándonos. Nosotros le respondemos con una ovación. Antonio Marín nos la presenta y ella comienza explicándonos que vive en Saldaña (Palencia) y allí tiene una consulta de fisioterapia, donde pasa gran parte del día.

Nos cuenta que ha escrito cuatro novelas juveniles y que ahora mismo está escribiendo otro libro, pero no lo publicará hasta el mes que viene. Dice que está muy contenta por tener este tipo de encuentros porque cree que es una buena manera de que haya más cercanía entre el lector y el escritor y eso ayuda tanto a ella, para corregir errores, como a nosotros para tener más curiosidad por la lectura. Y, muy simpática, da paso para que le hagamos las preguntas.

Nos contestó amablemente, y las respuestas son éstas.

(Cristian Setién, Diego Lamadrid, Adrián Pisano, Álvaro Hormaechea y Blas Marco)

- ¿Tus libros siempre están ambientados en épocas pasadas? (Blas)

No, también tengo libros, para adultos, ambientados en la época actual; pero, de una manera u otra, siempre tienen algo que ver con el pasado, porque a mí me interesa mucho la historia y la relación con la literatura.

- ¿Piensas hacer una segunda parte de El brazalete mágico? (Carmen y Sergio)
En esta novela dejé el final abierto para que cada uno pudiera imaginarse qué pasaría después, cómo sería el reencuentro entre Nico y Lara. No porque tenga pensado hacer una segunda parte, prefiero hacer otros libros utilizando nuevas ideas que tengo.

- ¿Cómo empezaste a escribir? (Mª José)
Hace 11 años comencé a escribir novela para jóvenes porque en mi consulta de fisioterapia (en Saldaña, Palencia) me di cuenta de que a la mayoría de los niños que les preguntaba cuando tenían un examen no les gustaba la historia y les oía protestar, yo les decía que conocer el pasado permite entender el presente mejor. Después de escribir para adultos me decidí a contar la historia para niños y jóvenes, y empecé por la más antigua, por Egipto; así fue como escribí El escabajo de Horus; luego pasé a Grecia con El brazalete mágico… y ahora me intereso por Roma, pronto se va a publicar La muerte de César. Mi cuarto libro para jóvenes será sobre Cleopatra, una mujer excepcional, pero eso es más bien un encargo de la editorial que una decisión mía.

- ¿Empezaste antes a escribir o con la Fisioterapia? (Balsa)
Primero fue la fisio, llevo 16 años en esta profesión y escribiendo sólo llevo seis años.

- ¿Qué te gusta más? ¿La profesión en que más ganas? (Saúl)
Gano más como fisio, porque a los escritores jóvenes nos se les paga mucho, pero con la seguridad de mi trabajo puedo dedicarme a lo que me gusta hacer, escribir. Aunque no cobrara y me publicaran los libros yo estaría satisfecha por ver que lo que yo he escrito ha llegado a otros y han disfrutado con ello o han aprendido de mis libros. Incluso sólo por el placer de verlos publicados.

- ¿Se han publicado en otros países? (Álvaro García)
No. Bastante suerte es que los publiquen en España.

- ¿Cambiarías algo ahora de la novela? (Iván Glez.)
No hay un libro que no se me hayan ocurrido más cosas para cambiarlo. Cuando llevo escrito gran parte de un libro me surgen ideas nuevas y vuelvo atrás para volver a escribirlas. Siempre pienso en que un libro lo podía haber escrito de otra manera, pero, no, este libro lo dejaría como está.

- ¿Te identificas con algún personaje de la novela? (Raúl Palacio)
No, aunque sean de mi misma edad los personajes de las novelas para adultos, no pienso en mi, aunque algún rasgo mío sí que hay en algunos personajes. Tampoco me inspiran otras personas, aunque algunas veces he utilizado para algún personaje a mis hermanos, Roberto y Ana; suelo utilizar algún nombre de algún paciente, pero casi todo es producto de mi imaginación, aunque los hechos sí que son reales o están documentados en la realidad.

- ¿Te costó mucho escribir tu primer libro? (Iván)
Me encanta leer desde pequeña. A vuestra edad no me gustaba escribir. Tengo pacientes que han sido profesores míos y me recuerdan que no me gustaba nada hacer redacciones, que prefería hacer exámenes, pero siempre me recuerdan con un libro bajo el brazo. Yo siempre creí que escribir era más fácil de lo que es. Cuando empecé mi primer libro no estaba acostumbrada y me costó mucho encontrar las palabras adecuadas, hacer los diálogos… por eso, al principio, escribía sólo para mí, no lo daba a leer a nadie.

- ¿Te influyó algún libro o algún escritor? (Blas)

En mis libros para adultos, que tratan de misterios y asesinatos, hay una influencia clara de los libros de Sherlock Holmes, Conan Doyle es un maestro de los misterios por descifrar, de la intriga, que a mí tanto me interesa. Pero si tengo que elegir un solo libro, El señor de los anillos, sin duda. Lo que hace Tolkien al unir tantas historias en una es difícil y apasionante.

- ¿Quién te animó a escribir? (Mario Fdez.)
Nadie. Mis primeros libros no los dejé leer a nadie, como era la primera vez que escribía dudaba de si valían algo. Luego ya los leyó mi familia y, después, me atreví a presentarlos a una editorial. Pero no hay ningún hecho, ninguna persona que fuera decisiva en mi decisión de escribir. Eso sí, no me imagino como escritora sin haber sido antes lectora.

- ¿El dibujo de la portada del libro lo elegiste tú?
La portada de la edición anterior a ésta era un dibujo de la protagonista iluminando con una linterna el escarabajo en el museo del Louvre, y ahí sí que participé yo. Ahora, en la edición de Oxford, no he participado en el diseño, la foto de la portada es decisión de la editorial. Sí me hubiera gustado incluir algún grabado o dibujo en el interior del libro.

- ¿Qué has necesitado para dar a conocer el libro? (Rebeca Gutiérrez)
Yo trabajo con la Editorial Oxford, les envié el original y ellos se han encargado de todo lo demás.

- ¿Has pensado hacer un libro situado en la época precolombina? (Diego Álvarez)
Si, sí lo pensé. Pero aún no va a ser posible, porque el siguiente libro quiero que no sea histórico, como reto para ver si soy capaz de escribir sobre otros asuntos. Pero no dejaré los temas históricos, a mí siempre me ha gustado mucho la Edad Media.

- ¿Han llevado al cine un libro tuyo? (Iván Glez.)
Me encantaría, pero no. Si es difícil publicar un libro, que hagan una película de él ya sería imposible.

- ¿Qué consejos puedes dar a alguien que quiera escribir? (Sergio Revuelta)
El mejor es que sea un buen lector. Es la mejor manera de empezar a escribir.

- ¿Estuviste alguna vez en los lugares en que se ambientan tus novelas? (Miguel Uría)
Sólo he estado en Roma y tengo dos novelas ambientadas allí: La escuela de Atenas y La muerte de César. El resto de mis novelas están situadas en lugares donde nunca he estado, pero tengo la promesa de hacerlo. Me encantaría visitar Atenas, conozco los lugares de mis novelas a través de los libros que también es una forma de viajar. En uno de mis libros para adultos Misterio en el Camino, que trata sobre el Camino de santiago, cuando lo acabé me daba la sensación de haber hecho el camino. Cogí el coche y me fui a santiago. Voy siempre a estos sitios, después de haber escrito sobre ellos. Eso mismo me ocurrió con el Escorial. Salvo con La escuela de Atenas. La protagonista es restauradora y debajo de una pintura encuentra el famoso cuadro La Escuela de Atenas, de Rafael, que hoy está en los Museos Vaticanos, este lugar sí que lo había visitado antes de escribir el libro. También he ambientado otra novela en Saldaña; situada en la época medieval, transcurre en el castillo y también en Burgos y alrededores, lugares que naturalmente conozco muy bien, pero habitualmente me gusta hacerlo al revés

- En qué te inspiras para escribir (Adrián Pisano)
Me gusta escribir libros para documentarme, porque siempre me gustó mucho la historia y la arqueología. La documentación me lleva mucho tiempo. El Brazalete mágico lo escribí en 2 meses, porque lo tenía muy claro desde el principio, la mitad del tiempo la empleé en buscar documentación. Mi profesora de latín en el Bachillerato nos habló de lo que yo cuento en el libro; en sus clases nos contaba cosas de la mitología de Grecia y Roma. Me acordé de esas historias, hice una lista de mitos y me decidí a escribir. Me hubiera gustado dedicarle el libro a ella.

- ¿Por qué se lo dedicaste a tus padres y no a tu profesora? (Javier de la Serna)
El primer libro fue para mi hermana, porque fue quien me pasó los originales a ordenador para enviarlos a la editorial. Este libro decidí dedicárselo a mis padres porque me han apoyado siempre mucho. A mi hermano le dediqué el tercero para que no se enfadara y dejara de hablarme. Mi profesora de latín sabe todo esto, he hablado con ella muchas veces, porque viene a mi consulta, y lo comprende









































Quiénes somos

Éste es el blog del Departamento de Lengua del IES Manuel Gutiérrez Aragón de Viérnoles (Cantabria). Con este título queremos hacer un homenaje a Rafael Barrett, escritor contemporáneo a la Generación del 98, nacido en Torrelavega, muy poco conocido en nuestro país pero una figura fundamental en la literatura y la cultura de Sudamérica, especialmente en Paraguay, país donde vivió intensamente y escribió lo mejor de su obra. Comprometido con su tiempo, Mirando vivir es el título con el que se publicaron sus artículos periodísticos en 1912. Mirar la vida es, precisamente, la función de la escritura literaria, que observa, analiza con una mirada especial la vida de los seres humanos. Barret -ingeniero, matemático, periodista, narrador, ensayista- fue un anarquista no violento que jugó siempre la carta de los perdedores y denunció las raíces de los males sociales. En 2010 se cumplen cien años de su muerte, un buen pretexto para recuperarlo.