En 3º de ESO hemos estado leyendo El misterio del Eunuco (José Luís Velasco. SM, Madrid, 2005), una novela ambientada durante la Edad Media en la España musulmana. Y hemos hecho un trabajo sobre ella: se trataba de reescribir un momento de esa novela, introduciendo en el nuevo relato un poema con las formas y el contenido propio de la poesía popular medieval.
Javier, un alumno de 3º, reconstruye así el momento en que Rodrigo se entera, a través del esclavo negro Kuraish, de que su amada Sulaima ha sido tomada como rehén por el Califa (Cap. 13, págs. 114 y ss.)
En la acción de la novela original se pierde el rastro de Rodrigo, que sale corriendo tras el criado, y asistimos al desconcierto de Hantal y Fernando. Javier prefiere seguir a Rodrigo y contarnos lo que hace en ese tiempo (En Arial el texto creado por Javier):
Javier, un alumno de 3º, reconstruye así el momento en que Rodrigo se entera, a través del esclavo negro Kuraish, de que su amada Sulaima ha sido tomada como rehén por el Califa (Cap. 13, págs. 114 y ss.)
En la acción de la novela original se pierde el rastro de Rodrigo, que sale corriendo tras el criado, y asistimos al desconcierto de Hantal y Fernando. Javier prefiere seguir a Rodrigo y contarnos lo que hace en ese tiempo (En Arial el texto creado por Javier):
“Kuraish abandonó el lúgubre reservado. Rodrigo, durante unos instantes, se quedó mirando con ojos enloquecidos al lugar por donde había salido el esclavo. Y, de pronto, saltó de su silla para abalanzarse sobre la puerta.
-¡Espera, espera tengo que hablar contigo!- gritó.
En un santiamén se había esfumado del cuartucho.
-¡Espera, espera tengo que hablar contigo!- gritó.
En un santiamén se había esfumado del cuartucho.
Rodrigo persiguió a Kuraish hasta alcanzarle, ya fuera del barrio mientras tanto Hantal y Fernando estaban buscándole por todos lados sin resultado alguno.
Rodrigo llevó a Kuraish a los alrededores de la mezquita donde le suplicó:
- ¡Tienes que ayudarme, en ello va mi amor! ¡Tienes que ayudarme, Kuraish!
- ¡No sé si puedo señor, podría peligrar mi vida si os ayudara pero... por otra parte...¡Lo haré!
- Gracias, muchas gracias. Ahora debemos preparar un plan.
Los dos se pusieron a pensar un rato y Kuraish se acordó de que esa misma noche venía a visitar a Bouchra su amante y que por eso no iba a haber guardia, sólo un eunuco grande y sordomudo que guardaba el pasillo para avisarle a su señora si ocurría algo extraño, la guardia que recorría todo el alcázar y los dos guardias de la puerta.
Kuraish se lo dijo y en ése mismo instante Rodrigo tuvo una revelación:
- En una zona de la muralla hay una grieta por la que podría caber un hombre, me mandó revisarla el califa, y no hay guardia. Ya tenemos plan, pero falta algo...
Rodrigo se puso a escribir, cuando finalizó Kuraish le preguntó:
- ¿Qué es señor?
- Es una carta para Sulaima, sólo debe leerla ella.
Se la entregó a Kuraish y se marchó sin decir adonde. Kuraish fue al alcázar y le hizo llegar la carta a Sulaima junto con el plan que habían elaborado entre los dos.
A solas Sulaima leyó la carta que contenía un poema:
A la hora de completas
tras la cortina me esperas.
Si no te siento, me muero;
si no te veo, me altero;
en el alcázar te espero
a la luz de las estrellas.
A la hora de completas
tras la cortina me esperas.
A Sulaima le cambió la cara de emoción, luego leyó toda la información del plan escrito debajo y planeó cómo ir hasta la cortina sin ser vista.
Mientras tanto Rodrigo fue a llamar a Fernando. Tiró unas piedras a su ventana.
-¡Fernando! ¡Fernando! Soy yo... Rodrigo. Asómate.
El muchacho se precipitó a la ventana y la abrió. Una sombra, a contraluz de la luna, apareció ante él.
-Fernando te necesito urgentemente... “
Rodrigo llevó a Kuraish a los alrededores de la mezquita donde le suplicó:
- ¡Tienes que ayudarme, en ello va mi amor! ¡Tienes que ayudarme, Kuraish!
- ¡No sé si puedo señor, podría peligrar mi vida si os ayudara pero... por otra parte...¡Lo haré!
- Gracias, muchas gracias. Ahora debemos preparar un plan.
Los dos se pusieron a pensar un rato y Kuraish se acordó de que esa misma noche venía a visitar a Bouchra su amante y que por eso no iba a haber guardia, sólo un eunuco grande y sordomudo que guardaba el pasillo para avisarle a su señora si ocurría algo extraño, la guardia que recorría todo el alcázar y los dos guardias de la puerta.
Kuraish se lo dijo y en ése mismo instante Rodrigo tuvo una revelación:
- En una zona de la muralla hay una grieta por la que podría caber un hombre, me mandó revisarla el califa, y no hay guardia. Ya tenemos plan, pero falta algo...
Rodrigo se puso a escribir, cuando finalizó Kuraish le preguntó:
- ¿Qué es señor?
- Es una carta para Sulaima, sólo debe leerla ella.
Se la entregó a Kuraish y se marchó sin decir adonde. Kuraish fue al alcázar y le hizo llegar la carta a Sulaima junto con el plan que habían elaborado entre los dos.
A solas Sulaima leyó la carta que contenía un poema:
A la hora de completas
tras la cortina me esperas.
Si no te siento, me muero;
si no te veo, me altero;
en el alcázar te espero
a la luz de las estrellas.
A la hora de completas
tras la cortina me esperas.
A Sulaima le cambió la cara de emoción, luego leyó toda la información del plan escrito debajo y planeó cómo ir hasta la cortina sin ser vista.
Mientras tanto Rodrigo fue a llamar a Fernando. Tiró unas piedras a su ventana.
-¡Fernando! ¡Fernando! Soy yo... Rodrigo. Asómate.
El muchacho se precipitó a la ventana y la abrió. Una sombra, a contraluz de la luna, apareció ante él.
-Fernando te necesito urgentemente... “
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