Esta es una selección de relatos presentados al I Concurso de Microrrelatos que lleva el nombre de Rafael Barrett (1876-1910), escritor torrelaveguense, paraguayo y universal, maestro del arte de la escritura breve.
Los mismos alumnos-autores los han grabado con su propia voz y el Departamento de Lengua los ha sonorizado y editado, el resultado se presenta junto al texto.
“(Sus escritos) tenían el simpático atractivo de su misma brevedad, de ser extraordinariamente sintéticos, de su condensada factura, como esas ricas esencias que ocupan pequeños frascos y cuya fragancia se conserva mucho tiempo en la tela”.
(Ricardo Sánchez)
Sin título. Pablo González Rodríguez, 2º de Bachillerato.
Corrí. Corrí todo lo rápido que pude, atravesando el bosque sin fijarme en nada.
Había dejado detrás de mi todo lo que odiaba y, poco a poco, cada vez que mi cuerpo se adentraba más y más en el bosque, mis pasos empezaron a hundirse en el fango. Pero no; luche por seguir, luche por correr aún más rápido que antes; corrí, corrí y seguí corriendo, hasta que me paré. Me paré en seco y mire mis manos…
Ya era viejo.
Misteriosa. Lidia Fernández, 1º Bachillerato
Miré esa cara ¡y me pareció tan hermosa! Su tez parecía suave y delicada, su cuerpo era como el que todo el mundo sueña tener.
Pero cuando se cayó y se rompió en mil pedazos.... me quedé mirando cada trozo tirado en el suelo...
- ¡Mierda, tengo que comprar otro espejo!!
Potato. Marina Haro, 1º Bachillerato
Le dije a Mr. Potato: “¡Te voy a poner la nariz en la boca!”.
Lo hice, y Mr. Potato sonrió.
Casa del terror. Luís García González, 2º Bachillerato (1º premio Categoría C)
Inspiraba el aire torpemente. En las fosas nasales podía notar las partículas de polvo y la alta temperatura del ambiente. La habitación, sin ventilación alguna, se encontraba habitada por criaturas nerviosas y agresivas, que iban intercambiándose por otras a medida que pasaban las horas. Como único espectador de aquellos sucesos, esperaba la hora fatal. Sentía como el corazón luchaba por escapar de mi pecho. La puerta se abrió. Un nuevo ser me llevaría al terror absoluto con solo dos palabras.
-¿Luís García?
- Soy yo.
-Pase, el Doctor le espera.
¿Dónde? Lucía Fernández, 2º ESO (1º premio de la Categoría A)
¿Dónde...?
Potato. Marina Haro, 1º Bachillerato
Le dije a Mr. Potato: “¡Te voy a poner la nariz en la boca!”.
Lo hice, y Mr. Potato sonrió.
Casa del terror. Luís García González, 2º Bachillerato (1º premio Categoría C)
Inspiraba el aire torpemente. En las fosas nasales podía notar las partículas de polvo y la alta temperatura del ambiente. La habitación, sin ventilación alguna, se encontraba habitada por criaturas nerviosas y agresivas, que iban intercambiándose por otras a medida que pasaban las horas. Como único espectador de aquellos sucesos, esperaba la hora fatal. Sentía como el corazón luchaba por escapar de mi pecho. La puerta se abrió. Un nuevo ser me llevaría al terror absoluto con solo dos palabras.
-¿Luís García?
- Soy yo.
-Pase, el Doctor le espera.
¿Dónde? Lucía Fernández, 2º ESO (1º premio de la Categoría A)
¿Dónde...?
Blancas, esponjosas, algodón de azúcar. ¡Nubes!
Con cada pisada me hundo para abajo, pero no me caigo.
Sigues allí, pues... ¿dónde estoy?
Su mirada. Denisse Estephanie. Santibáñez, 1º Bachillerato
Mirábanme unos ojos de fiera frente al paso de cebra.
El semáforo cambia a luz roja. Mientras cruzo la acera... ella se queda quieta.
Uno más en la familia. Yaiza Valdés, 3º ESO
Volví a casa después de dos noches en casa de mi abuelita adoptiva, al abrir la puerta había alguien más. Saludé a mis nuevos papás y, más tarde, me enseñaron a ese niño con su carita blanca, sus ojitos negros… Iba a ser mi hermanito.
Su mirada. Denisse Estephanie. Santibáñez, 1º Bachillerato
Mirábanme unos ojos de fiera frente al paso de cebra.
El semáforo cambia a luz roja. Mientras cruzo la acera... ella se queda quieta.
Uno más en la familia. Yaiza Valdés, 3º ESO
Volví a casa después de dos noches en casa de mi abuelita adoptiva, al abrir la puerta había alguien más. Saludé a mis nuevos papás y, más tarde, me enseñaron a ese niño con su carita blanca, sus ojitos negros… Iba a ser mi hermanito.
Un año después Él ya hablaba, pero seguía esperando mi respuesta, porque no entendía mis ladridos.
Mala Suerte. Miguel Hormachea Guerra, 4º ESO (1º premio Categoría B)
-¿Cómo? ¡Le apuesto toda mi fortuna a que vivo más que usted!
-Muy bien- Dijo Dorian cerrando la puerta.
Oscuridad. Irene Lanuza, 1º Bachillerato
Era una familia normal. Un matrimonio y una niña. Los observaba todos los días por la ventana preguntándome por qué bebían ese vino de un rojo tan vivo, por qué dejaban que la niña bebiera.
Un día, sus ojos me vieron. En un segundo, todo se volvió oscuro.
Piel de Lobo. Sara Pelaz, 2º Bachillerato
- Has tenido mucho valor, todos te estamos muy agradecidos.
- Estaba harta, ¿cuántas veces dije que había que acabar con esta historia? Y vosotros erais tres, podíais con él. Ya era hora de zanjar este asunto. Bueno, ahora tengo que irme.- dijo, y salió de la casita de ladrillo, mientras se ponía su abrigo de piel de lobo encima de la caperuza roja.
Mala Suerte. Miguel Hormachea Guerra, 4º ESO (1º premio Categoría B)
-¿Cómo? ¡Le apuesto toda mi fortuna a que vivo más que usted!
-Muy bien- Dijo Dorian cerrando la puerta.
Oscuridad. Irene Lanuza, 1º Bachillerato
Era una familia normal. Un matrimonio y una niña. Los observaba todos los días por la ventana preguntándome por qué bebían ese vino de un rojo tan vivo, por qué dejaban que la niña bebiera.
Un día, sus ojos me vieron. En un segundo, todo se volvió oscuro.
Piel de Lobo. Sara Pelaz, 2º Bachillerato
- Has tenido mucho valor, todos te estamos muy agradecidos.
- Estaba harta, ¿cuántas veces dije que había que acabar con esta historia? Y vosotros erais tres, podíais con él. Ya era hora de zanjar este asunto. Bueno, ahora tengo que irme.- dijo, y salió de la casita de ladrillo, mientras se ponía su abrigo de piel de lobo encima de la caperuza roja.
Sístole en diástole. Mª Mercedes del Río Iturriaga , CAE
- Dime cosas que valoras de mí.
le pregunta la chica a su nuevo amor. Él, deja la guitarra que tiene entre las manos y las posa sobre su pecho.
- Valoro el número de respiraciones que inspiras y expiras por mí -. Presiona las yemas de los dedos en la cara anterior de su cuello.
- La fuerza de tu sangre en cada latido de tu corazón… Cómo aumenta tu temperatura corporal cuando me aprieto a ti.
Ella se siente morir... Él deja de apretar su cuello.
Ella muere entre sus brazos.
- Sístole en diástole, mon amour.
- Dime cosas que valoras de mí.
le pregunta la chica a su nuevo amor. Él, deja la guitarra que tiene entre las manos y las posa sobre su pecho.
- Valoro el número de respiraciones que inspiras y expiras por mí -. Presiona las yemas de los dedos en la cara anterior de su cuello.
- La fuerza de tu sangre en cada latido de tu corazón… Cómo aumenta tu temperatura corporal cuando me aprieto a ti.
Ella se siente morir... Él deja de apretar su cuello.
Ella muere entre sus brazos.
- Sístole en diástole, mon amour.
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