"La realidad se caracteriza por cosas que son tremendamente absurdas"
El pasado 28 de febrero tuvimos la oportunidad de ver un espectáculo teatral de gran calidad en el Teatro Municipal Concha Espina, de Torrelavega, dentro de las Jornadas Escolares de Teatro que organiza el Ayuntamiento de la ciudad.
La Machina Teatro nos sorprendió con su montaje En alta mar. Habíamos leído previamente la información que el grupo ofrece sobre la obra en su página web y habíamos visto fotografías y un trailer del montaje, sin embargo, comentando entre nosotros después la representación, surgieron muchas preguntas y se nos ocurrió que quizás la compañia teatral podría darnos las respuestas. Nos pusimos en contacto con Paco Valcarce, el director, y muy amablemente nos contestó. Es de agradecer la consideración que han tenido, él, los actores y técnicos, con nosotros, además del tiempo que nos han dedicado y la profundidad de las respuestas. ¡Todo un lujo! Ahí van:
En una ocasión preguntaron a la célebre bailarina Isadora Duncan qué es lo que ella quería expresar cuando estaba danzando. La Duncan contestó que si pudiera expresarlo con palabras, entonces no bailaría. Con esto, queremos decir que las respuestas a todas las preguntas hay que buscarlas en la escena; el espectador es el que debe bucear entre las dudas e interrogantes y construir él sus propias respuestas.
Muchas veces no hay que intentar encontrar un argumento lógico en todo lo que percibimos. Cuándo algo se aleja de las formas manidas en los medios dominantes, sobre todo los productos audiovisuales, el espectador se descoloca.
Otra anécdota: Hace bastantes años, en una exposición de Picasso, una señora y el pintor mantuvieron el siguiente diálogo:
Señora: “Señor Picasso, me encantan sus cuadros, pero no los entiendo”.
Picasso: “Mi querida señora, ¿le gusta a usted el jamón?”
Señora: “Claro, me encanta”.
Picasso: “¿Y lo entiende?”
[Víctor apunta que todas las preguntas son bastante lógicas teniendo en cuenta que el imaginario hoy en día viene dado por la televisión y las películas cada vez más hiperrealistas desechando los films artísticos o más surrealistas; aún así es muy esperanzador que hayan estado tan atentos y se hagan todas esas preguntas porque quiere decir que algo les ha inquietado, que a mi parecer es uno de los propósitos que se le puede pedir al espectáculo.
A continuación intentamos aclarar las dudas formuladas por los alumnos, con las respuestas ofrecidas por Luis Oyarbide (actor) y Paco Valcarce (director).]
- ¿A qué se deben que los actores cambien la voz cuando repiten la mismas frases varias veces? ¿Y qué se pretende, casi al final, cuando repiten tres veces el diálogo y lo hacen de forma distinta cada vez? (Raúl, Óscar, Ángela, Pablo y David)
La obra, de alguna manera, está encuadrada en el teatro del absurdo, el cuál supuso en su momento una transgresión profunda respecto a los cánones dramatúrgicos imperantes al distorsionar la realidad. Ésta, la realidad, lo real, se caracteriza por un montón de cosas que, si las analizamos detenidamente, muchas veces son tremendamente absurdas. Una de las particularidades de lo real es la repetición, el movimiento cíclico, la reiteración de actitudes, conductas, palabras… Con esas repeticiones, queremos poner de relieve esta peculiaridad. Asimismo, evidencia el paso del tiempo. Por otro lado, el cambio de voz tiene que ver con la búsqueda de una interpretación totalmente antinaturalista, es un guiño al más burdo absurdo. La gracia del absurdo es que personajes “normales” tengan conductas absurdas. Pero quisimos, con esos apuntes, evidenciar el origen y adscripción del texto y de la situación al teatro del absurdo.
Hay dos ocasiones en las que los actores repetimos el texto tres veces seguidas, en la primera ocasión casi al principio de la representación y coincidiendo con la primera vez que hablamos y hacia la mitad de la obra, un poco antes de que entre el cartero. Desde un principio nos planteamos esta repetición de textos como una manera de expresar el paso del tiempo. Lo que pretendemos es que se entienda que las situaciones que van a tener lugar a lo largo de la obra no surgen en el primer día de naufragio sino al cabo de un tiempo, cuando ya se han acabado las provisiones. A partir de ahí, el director sugirió que cambiáramos la voz para crear en el público falsas expectativas, del tipo de "joder, empieza la obra con tres personajes balanceándose a contraluz, de repente suena una sirena y comienzan a caerse y evolucionar por el espacio, luego se cambian de ropa y ahora que parecía que empezaba de verdad, se ponen a hablar como unos oligofrénicos". Por otra parte, vendría a anticipar el carácter absurdo del texto y de la situación que éste reproduce. En la segunda ocasión en que repetimos tres veces un mismo texto, lo hacemos dos veces como si fuéramos oligofrénicos y la tercera vez en un tono "más naturalista", con la misma intención de expresar el paso del tiempo y de enlazar con el resto del discurso de la obra (hay un código de payaso, según el cual, un chiste se repita dos veces y a la tercera, cuando todo el mundo espera de nuevo la repetición, se produce la sorpresa).
- ¿Por qué los actores se ponen una nariz de payaso en el momento en que hacen campaña? ¿Tiene algo que ver con las pintadas que se hacen a los carteles electorales de los políticos? (Eva)
No exactamente, pero en cierto modo, sí que tienen que ver las dos cosas. Se pretende reflejar el mundo de las campañas políticas y los procesos electorales como un circo.
Efectivamente, la nariz de payaso tiene mucho que ver con las pintadas que se hacen a los políticos en los carteles de las campañas electorales. Pretendemos con ello ridiculizar los procesos electorales, donde los políticos prometen casi todos lo mismo aunque sean conscientes de que no van a poder cumplirlo y nosotros votamos como "borregos" creyendo que así participamos en un "circo" en el que al final nos toca hacer siempre de "tragasables", es decir, tragar con lo que salga.
- ¿Por qué la isla donde están los personajes es agua y en lo que se supone que es mar es sólido y se puede ir en patinete? (Raúl, Óscar, Pablo)
Se trata de una opción estética conceptual. No podíamos llenar todo el escenario de agua, pero sí quería que hubiera una presencia real de agua. El espacio dónde se desarrolla casi toda la acción es una balsa, y en ella siempre puede haber agua. Cuándo el cartero llega en patinete, suponemos que se desplaza nadando, o con un flotador, o…. Dentro del ambiente absurdo, quisimos que se desplazara sobre los aguas en patinete.
De entre todas las opciones que barajamos para construir la balsa, ésta fue la que más nos gustó. Por un lado participa del carácter absurdo del texto, por cuanto que efectivamente es lo opuesto a la realidad. Por otra parte nos permite que la escena del naufragio sea de una mayor plasticidad y también permite que la luz incida sobre el agua durante toda la obra, produciendo reflejos en el ciclorama que evocan constantemente la presencia del agua. Por otro lado, la opción más naturalista de una balsa rodeada de agua sería impracticable en un teatro. Del mismo modo, la llegada del cartero, de por sí absurda (¿cómo llega un cartero a una balsa de náufragos?) nos pareció mucho más divertida cuanto más absurda y surrealista fuera, así que preferimos que entrara en patinete, mucho más dinámico que fingiendo nadar y desde luego mucho más chocante e inesperado.
- Hay dos mujeres y sin embargo el único hombre es el que va a ser sacrificado ¿Tiene alguna explicación? (Pablo)
En el texto original, son tres hombres. Son tres representantes del género humano: hombres y/o mujeres. Nosotros jugamos esta opción, en un principio casi casualmente, pero sí puede tener una explicación. En algún sitio, esta opción provocó polémica. Nosotros no queremos ofrecer una explicación evidente sobre ello; queremos que provoque debate y que los espectadores reflexionen sobre ello.
El hecho de que los náufragos sean dos mujeres y un hombre no obedece a ningún criterio previo. Sencillamente disponíamos de ese elenco y nos pareció que podíamos abordar así la construcción de la obra, que en el texto original habla de tres hombres.
En cuanto a los personajes, el autor los nombra como "Grande, Mediano y Pequeño". El Grande sería Patricia Cercas, "la mujer de rojo", el Pequeño sería Luis Oyarbide y el Mediano, interpretado por Rita Cofiño.
- ¿Qué papel juega el personaje que no va de rojo? ¿Por qué se alía tan rápidamente con la otra? (Alia)
Me remito, en parte, a la respuesta anterior. Los personajes son arquetipos de conductas humanas. La obra es, al fin y al cabo, una reflexión sobre el género humano. En la propia naturaleza de los hombres y mujeres hay que encontrar las respuestas. ¿Por qué pensáis vosotros que se alían?
Este personaje es el más acomodaticio, el que va al sol que más calienta, un individuo eminentemente práctico que no duda en ponerse de parte del que se perfila como ganador desde un principio.
- ¿Cómo se os ocurrió montar una obra tan “surrealista”? (Pablo)
La vida es surrealista; todas las cosas que vemos como naturales, en realidad, muchas veces están contaminadas por el absurdo y por lo surreal.
Se nos ocurrió montar esta obra que ya conocíamos hace bastantes años porque nos pareció que contábamos con el elenco adecuado y que el tema (la dominación de unos sobre otros, la lucha por el poder...) nunca pasa de moda y siempre está de actualidad. Nunca habíamos montado una obra que pudiera encuadrarse dentro del "teatro del absurdo" y esto era también un atractivo para nosotros.
- ¿Cómo se explica que en un naufragio haya cosas tan lujosas como copas, tocados para el pelo y vestidos de lujo? (Eva)
¿No hemos quedado que es una obra absurda? Pero puede haber más explicaciones. En el espectáculo, hemos añadido un prólogo en que los personajes están en ropa de cama: pijama, camisón. Tienen un movimiento cadencioso y un sonido sordo que nos pueden sugerir su presencia en un barco, quizás en un crucero. Hay un caos; suponemos que una catástrofe que conduce a un naufragio. Posteriormente, vemos a unos náufragos… elegantemente vestidos. Hemos querido huir del tópico de náufragos vestidos de harapos y de otras puestas en escena que habitualmente los presentaban con traje negro y bombín (una especie de lugar común en el teatro del absurdo); hemos querido presentar a los personajes como lo que son: individuos pertenecientes a una clase alta. Y van vestidos con la indumentaria que tenían antes de naufragar; la que portaban en el crucero de lujo.
En cuanto a la presencia de objetos de valor y ropas elegantes, con ello se pretende mostrar que los náufragos pertenecen de alguna manera a la élite de la sociedad. En nuestro montaje se trata de justificar en la primera escena, donde suena la sirena de un transatlántico hasta que suena la sirena de alarma, se produce el naufragio y se ve como todos los náufragos intentan recuperar los objetos que han quedado "flotando en el agua" (En este caso, dos sillas y un baúl, donde se encontrarían todos estos enseres).
- El final no me queda claro ¿Qué pasa para que el hombre acepte morir, después de estar resistiéndose toda la obra? (Roberto, Raúl)
Eso digo yo, ¿por qué acepta el sacrificio? Ya lo dice otro personaje: “Ahora, él es feliz”…
El Pequeño acepta su sacrificio porque es gilipollas y ante la imposibilidad de escapar a su destino, decide aceptarlo y convertirse en héroe, en mártir, en salvador, a costa de su propia vida y para nada.
- ¿Tiene algún significado la iluminación? Parece que una obra ambientada en el mar debería predominar el azul, pero el rojo es el más frecuente ¿Qué sentido tiene?
En un buen espectáculo teatral, todo ha de tener sentido. La iluminación, además de un sentido estético, ha de estar al servicio de la dramaturgia. La iluminación aporta datos dramáticos, acota espacios, crea atmósferas, construye ambientes… En la luz de “En alta mar” hay azules y hay rojos, no creo que predominen éstos. En cualquier caso, el rojo contribuye a resaltar, a pesar del humor, el carácter trágico de la situación.
La iluminación juega un papel muy importante en todos nuestros espectáculos y contribuye en buena medida a dotarlos de gran belleza plástica. En ocasiones la iluminación crea ambientes determinados, envuelve la escena, etc.