Alumnos
del IES Manuel Gutiérrez Aragón presentan un Callejero Literario de Torrelavega editado por el Ayuntamiento.
El pasado miércoles se presentó en el
Salón de Plenos de nuestra ciudad un Callejero
Literario de Torrelavega, escrito por 17 alumnos del IES Manuel Gutiérrez
Aragón y editado por el Ayuntamiento.
La obra, resultado de un largo trabajo de investigación, fue presentada por uno de los alumnos-escritores,
Íñigo Echegoyen, el profesor de Lengua y Literatura, Álvaro Rubio, y la
concejala de Cultura del Ayuntamiento de Torrelavega, Berta Pacheco.
En el acto de presentación, la responsable de cultura, Berta Pacheco, felicitó a los estudiantes por el trabajo realizado y al profesor que propuso y orientó este trabajo porque “constituye un tesoro más de la cultura de nuestra ciudad” y explicó que cuando llegó a sus manos un borrador de este libro, desde su concejalía “no se dudó ni un momento en editarlo”.
El origen de este Callejero Literario fue un reto que el profesor de Lengua y
Literatura, Álvaro Rubio, propuso a sus alumnos, entonces de 4º de ESO, para que
investigaran y descubrieran las historias y secretos que encierran 16 calles de
Torrelavega que llevan el nombre de otros tantos escritores. El trabajo
académico inicialmente trataba de “poner en relación lo que se hace en la
escuela con lo que sucede fuera, en la sociedad, buscando métodos más eficaces
para enseñar y aprender”, algo que para él es una de las señas de identidad de
la enseñanza pública, “la única que puede garantizar una calidad educativa,
real y para todos, no sólo unos pocos privilegiados”; lo que hace que la Educación Pública
“sea una de las instituciones mejor valoradas por los ciudadanos, a pesar de
los intentos por deteriorarla y devaluarla”.
Para el profesor la propuesta inicialmente
consistía en que los alumnos compusieran un pequeño artículo sobre cada una de
las calles de la ciudad que lleva el nombre de un escritor e investigaran
previamente qué había detrás de este nombre, con el objetivo de trabajar ciertos
contenidos de Lengua (composición de textos expositivos, descriptivos y
argumentativos) y de Literatura. Esta propuesta didáctica fue premiada en marzo
del año pasado con el segundo premio nacional de Buenas Prácticas Educativas que otorga
la asociación de padres y profesores Mejora
tu Escuela Pública.
El libro va precedido de un prólogo donde se
explica la importancia de la denominación de las calles y el cómo, cuándo y por
qué se empezaron a poner nombres de personas en el callejero. A continuación,
se pueden leer los 16 artículos con referencias a otros tantos escritores, algunos
más conocidos por otras facetas, pero que en algún momento hicieron literatura
de creación. Cada uno de los 16 artículos, con distinto estilo, tiene unos
mismos bloques de contenido: una descripción de la calle, datos de interés,
anécdotas, importancia del escritor que le da nombre, motivos para tal
denominación y textos literarios que asocian el escritor a la ciudad o la
región. Además, se incluye una valoración de la adecuación del nombre a la
calle. Todo ello ampliamente ilustrado con fotografías del cartel, de la calle,
del escritor y otros asuntos relacionados. Álvaro Rubio se ha mostrado
"muy contento" y "orgulloso" de sus alumnos por el
"magnífico" trabajo que, a su juicio, han realizado con este
callejero
Por parte de los alumnos, Íñigo Echegoyen explicó
que al principio la tarea fue “ardua y difícil”, porque no entendían bien cuál
era el objetivo que tenía el profesor con ese trabajo. “No sabíamos dónde
estaba la mayoría de las calles y desconocíamos la vida de muchos de los
autores que les daban nombre”. Pero según fue pasando el tiempo, comprendimos
el sentido”, asegura; “nos fue gustando y pusimos más ahínco. Nos llevó un gran
trabajo de campo, recorriendo con atención las calles, y un trabajo de estudio,
visitando bibliotecas, hemerotecas o archivos para poder justificar lo mejor
posible la denominación de las calles”. Por último, los alumnos quisieron
agradecer al profesor la labor de dirección y coordinación y al Ayuntamiento la
acogida de esta propuesta de editar y divulgar el callejero.
Todos, el profesor y los alumnos, están convencidos
de que la experiencia les ha permitido aprender
muchas cosas de su entorno; aseguran tener ahora un conocimiento más profundo
de la ciudad. Según Íñigo Echegoyen “ya no nos es posible pasear por
Torrelavega sin tener presente la reflexión sobre estos escritores que han dado nombre a
algunas de sus calles”.
Los autores del libro ante El Refugio del doctor Velarde, el Augenweide de Unamuno. Abril,2011 |
Los alumnos del IES Manuel
Gutiérrez Aragón, que han compuesto este Callejero Literario de Torrelavega, se han visto sorprendidos por
aspectos inusitados y desconocidos de la ciudad. Así Sandra García descubre la
existencia de un verdadero barrio
literario, donde confluyen los nombres de varios escritores unidos también
por lazos de amistad, entre otros Jésus Cancio del que muestra un poema dedicado a la
cárcel de Torrelavega donde estuvo encerrado; Paula Coterillo se asombra del
estado de ruina en que está la casa familiar de José Luis Hidalgo; Laura Alonso
explica que la Barca que aparece en el apellido de Calderón es la que servía hace
siglos para pasar el río Besaya desde Barreda a Viveda; Nuria Martínez localiza
un poema de José del Río Pick
dedicado a Teresa de Jesús; Julio
Lavandero lamenta que Rafael Barrett, un escritor valorado
internacionalmente, y poco conocido aquí, dé nombre en un pequeño callejón; Jorge Martil revela
la admiración de un joven Ramón y Cajal por la tierra de Cantabria; a Néstor
García le choca que José Hierro, tras salir de la cárcel, fuese un trabajador
de Sniace; Verónica Michelena desempolva un texto de José Mª de Pereda describiendo la Plaza Mayor de
Torrelavega; Andrea Revuelta se maravilla
de la altura científica y humana de Hermilio Alcalde de Río; Susana Boned nos
pone al corriente de la relación de Manuel Llano con la ciudad; Adrián
Zamanillo identifica los colores verde y rojo de Torrelavega en la enseña
familiar del Marqués de Santillana; a Heloise Arce le llama la atención que la
ahora calle Menéndez Pelayo fuese en
otro tiempo una especie de Gran Vía cinematográfica; Raúl Tresgallo sigue el
rastro de Martínez y Ramón desde sus poemas religiosos a la autoría del himno
de la ciudad de Bailén; Yaiza
Valdés descubre con orgullo que La Vega
del apellido que Garcilaso pasea por el mundo sea la de sus antepasados
Lasso de la Vega y por tanto nuestra Vega del Besaya; Soraya Salas
explora la historia del actual teatro Concha Espina; Íñigo Echegoyen y Javier
González investigan la presencia de Miguel de Unamuno y su vinculación afectiva
con Torrelavega y se asombran de que unas olvidadas inscripciones en piedra, testigos
de esa vinculación, no tengan más presencia, aprecio y protección.
Por todo ello, por la información tan sabrosa que ofrece este
libro, bien puede servir también como guía para un paseo literario por la
ciudad y para disfrutar leyendo los textos literarios que asocian a estos escritores
con Torrelavega.
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