jueves, 9 de abril de 2015

“Todos nos quejamos de lo mal que está el mundo pero nadie hace nada.” / Dani Rojo, escritor.



 

Daniel Gutiérrez o Dani Rojo, como él mismo se hace llamar, es un joven alto, delgado, con barba poblada y pelo escaso, que escribe poemas y relatos cortos. Tiene una fuerte personalidad radical, viste como un rockero y defiende a Lucifer como el ángel que se negó a aceptar el mandato del superior. A pesar del aspecto parece buena persona, pues no le ha importado desperdiciar su tiempo para venir a hablar con nosotros, alumnos de 4º de la ESO del IES Manuel Gutiérrez Aragón, invitado por el que fue su profesor de Literatura, Álvaro Rubio, y ahora es el nuestro. Estudió en el IES Besaya, donde se aficionó a la literatura. Tiene bastante obra escrita, pero sólo ha publicado Agujeros negros, un poemario “bastante satánico” y una colección de relatos en Internet, con ilustraciones de Carlos LópezTerán.
Actualmente está en paro, antes ha hecho teatro, poesía, se ha metido en empresas culturales y se ha dedicado profesionalmente al mundo de la publicidad, donde aprendió “a escribir en horizontal”. También hace vídeos con sus amigos, muchos de ellos músicos, y los cuelgan en su blog: Tres calaveras. El pasado 19 de marzo tuvimos un encuentro en el que nosotros pudimos participar en todo momento para exponer nuestras dudas, después de haber leído algunos de sus relatos, y él las respondía una y otra vez, encantado. El ambiente, en el aula de plástica, fue muy agradable, pues todos escuchábamos con interés y atención lo que Dani nos contaba.

P. ¿Por qué escribes?
R. Si tengo que ser sincero, muchas veces haces estas cosas por pura vanidad. Quieres que la chica que te gusta te lea, o darle lo que escribes a tus amigos. Comienzas con esa cosa tontería ingenua de la vanidad y luego te das cuenta que hay algo que hace sentarte a escribir, a lanzar palabras que hablan de ti; es algo inexplicable, un impulso que hace que tengas que escribir.
P. ¿Cómo se te ocurre hacer esas historias que no son tan comunes?
R. ¿Son raras? Bueno, a mi me gusta mucho el cine, el teatro, y sobre todo el más experimental, el menos convencional. No me interesan los relatos que presentan el tópico: presentación conflicto y resolución. Me gusta buscarle los giros a las cosas, no es lo mismo ver la isla mínima que delicatesen, o historias de amor contadas de forma ingenua. Hay posibilidades de contar diferentes, están las historias cotidianas, del telediario, pero se les puede dar un vuelco. El relato Klaatu!, ambientado en el futuro es una mezcla de la película de ciencia-ficción Ultimátum a la tierra, de los 50, y la contemplación del telediario todos los días, de ahí surge la idea de un informativo ambientado en el futuro. Bueno, sale de ahí  y de que tienes que estar un poco trastornado para  que surja, tienes que convencerte a ti mismo de que lo que hay en tu cabeza es interesante.
P. ¿En el relato Fantasmas el final inesperado lo pensaste inicialmente o surgió así?
R. ¿Por qué es inesperado? Al principio yo también pensé que el fantasma era Alicia. Claro habría que saber de qué va la historia del fantasma. Además, los fantasmas pueden ser de muchos tipos. No es lo mismo el fantasma en todas las culturas , yo soy manchego por parte de madre y en mi familia se vivía con ellos y se hablaba de ellos en presente. El relato cuenta cómo una relación amorosa se acaba y el protagonista vive de recuerdos,  hasta que al final te das cuenta que tú eres un fantasma en una casa donde no tenías que estar.
P. ¿Cuánto hay de autobiográfico en tus relatos?
R.  Todos los escritores  dicen que sí, que hay algo pero suelen rechazar el componente autobiográfico. Quien escribe y firma con su nombre está hablando de su historia. Unos más y otros menos, pero yo no entiendo la literatura que no hable de uno mismo.
P. ¿O sea que todo lo que escribes es un reflejo de lo que a ti te ha pasado?
R.   Todo no. Si eres el típico escrito que se pasa el día llorando, que cree que  la vida es dolor… bueno. Yo no soy un emigrante, mis abuelos, si lo fueron, sin embargo hablo de los que están en la valla de Ceuta y los coloco en un futuro. Escribo desde mi punto de vista de lo que veo alrededor, pero no todo lo que se cuenta en mis relatos me ha pasado a mí, hablo de lo que les sucede a mis amigos o veo en el telediario.
P. ¿Qué estilo de cine te gusta?
R. El que no ponen en Valle real. No me gusta el estilo de cine comercial “de palomitas y coca-cola” Yo prefiero ir a ver películas como hacía antes con mis amigos cuando había una Filmoteca en Torrelavega en los años 90,  donde ponían películas que sí tenían algo que decir, otro tipo de cine. El entretenimiento porque sí no me interesa, prefiero algo que me haga pensar o sentir. Un tipo de cine en el que los seres humanos nos veamos reflejados en nuestra historia y nuestros sentimientos.
P. ¿Has leído muchos libros?
R.  No tantos como quisiera, no tantos como los que me conocen piensan que he leído, sí he visto mucho cine en cambio.Hay una anécdota de un poeta de Santander que decía que no leía  a otros poetas para que no le influyeran en su estilo. Hay que leer cuanto más mejor, pero sobre todo leer cosas que tenga calidad y leer con ganas de que lo que lees te sorprenda.
P. ¿Tienes algún tipo de rutina a la hora de escribir?
R.   Lo intento, pero soy muy caótico. Hay un blog sobre la rutina de los escritores, y propone cosas que yo no puedo hacer. Levantarse a una hora y cumplir un horario. Yo escribo por impulsos. Hay un mito de que los escritores escriben por la noche. Yo escribo muy bien a partir de las 11 de la mañana hasta las 6 de la tarde, por la noche me disperso mucho. Eso sí, llevo siempre un bolígrafo o el móvil y cuando se me ocurre una idea  la anoto. Últimamente sigo una cierta rutina, casi todos los días escribo  unos poema-crónicas, leo una noticia en la prensa y sobre ella escribo unas líneas y hago un poema.
P. ¿Cómo pasas de la poesía a los relatos?
R.   No lo sé, yo sigo haciendo poemas. Nos propusimos hacer estos relatos que conocéis,  con ilustraciones de Carlos López Terán, pero yo siempre escribí historias. El poema es algo vertical y parece que la gente se asusta con él, pero lo coloco en prosa en horizontal y cuela como relato.  Yo empecé haciendo guiones en una compañía de títeres, más tarde cuando trabajaba en publicidad yo era el copy, el que se encargaba de hacer los lemas, los textos…, y al final acabas acostumbrándote a escribir en horizontal. Los relatos que habéis leído, más que una narrativa lineal convencional ,tienen ritmo, música, tienen mucho de poesía.


P. En varios relatos haces referencia al fútbol ¿tiene alguna importancia para ti?
R.  Hace poco escribí un poema sobre algo que había ocurrido en el banquillo del real Madrid. En mi casa siempre ha habido mucha afición al fútbol, eran fanáticos.  Yo no tengo en contra del futbol, más bien me interesa poco la fiesta que hay alrededor de él.
P. ¿El relato de La señorita ameba cómo se puede interpretar?
R.  No siempre se puede pretender querer comprender absolutamente todo. Cuando nos estamos formando en las clases de literatura te dicen lo que se supone que significan los textos literarios. A mí nunca me interesó lo que tenían que significar, prefiero interpretarlos por mí mismo, implicarme en lo que leo. ¿Qué sentido crees tú que tiene ese relato?
P. Yo creo que se refiere a una mujer que está abandonada y le quitan todo lo que quería conseguir.
R.  Si, es una buena interpretación. Para mi la ameba es un símbolo, representa a una persona corriente que se queja de que todo va mal pero no hace nada para cambiarlo.. Un la charca de protozoos, de seres unicelulares, todos se lamentan, pero no quieren pensar y convertirse en seres pluricelulares, no se unen para que cambien las cosas.
P. ¿Cómo escribes los relatos. Surge una idea y después la vas completando cuando te vienen más, vas escribiendo a medida que vas pensando?
R.  Es difícil explicar. Por ejemplo en el relato Fantasmas yo había roto una relación de tiempo con una chica y desde hace tiempo me rondaba  la idea de cómo vivimos de los recuerdos. Surge una primera idea o incluso puedes pensar incluso en un final. Yo escribo unas líneas, generalmente las del principio y luego sigo, a veces encuentro una referencia de algo que oigo o veo, que se me cruza. Hasta que no acabo el cuento tengo en la cabeza el mandato “tienes que seguir, tienes que escribir”. Hay un momento en que me siento satisfecho y pongo el punto final.
P. Cuánto sueles tardar en hacer un relato.
R.   Fantasmas es un relato con el que  yo estoy muy contento, para conseguirlo me llevó una semana. Ahora estoy con uno que es una crítica a la gente que pasa por los museos sin mirar apenas, sin arrebatarse con las obras de arte, y llevo con él seis meses, no de forma continuada. Algunos los he escrito en dos horas.
P. ¿Tienes algún objetivo de publicar tus relatos en una editorial?
 Sí, a mi me gustaría publicar y que me diesen una palmadita. Hicimos una autoedición, entre amigos hace muchos años, de un libro de poemas muy rebelde, muy satánico. Me dedico  a la publicidad, podría auto editarme ahora en mi casa, pero ya sabéis que la cosa ahí fuera está muy difícil. Lo que me satisface realmente es la parte creativa. Bueno, de alguna forma mis escritos están publicados en un blog  http://trescalaveras.blogspot.com.es/

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Quiénes somos

Éste es el blog del Departamento de Lengua del IES Manuel Gutiérrez Aragón de Viérnoles (Cantabria). Con este título queremos hacer un homenaje a Rafael Barrett, escritor contemporáneo a la Generación del 98, nacido en Torrelavega, muy poco conocido en nuestro país pero una figura fundamental en la literatura y la cultura de Sudamérica, especialmente en Paraguay, país donde vivió intensamente y escribió lo mejor de su obra. Comprometido con su tiempo, Mirando vivir es el título con el que se publicaron sus artículos periodísticos en 1912. Mirar la vida es, precisamente, la función de la escritura literaria, que observa, analiza con una mirada especial la vida de los seres humanos. Barret -ingeniero, matemático, periodista, narrador, ensayista- fue un anarquista no violento que jugó siempre la carta de los perdedores y denunció las raíces de los males sociales. En 2010 se cumplen cien años de su muerte, un buen pretexto para recuperarlo.