La duración del tiempo.
-Es muy raro que en los relatos haya una coincidencia
perfecta del tiempo con el de la historia. Lo normal es que el tiempo del
relato sea más breve que el de la historia, porque no todos los acontecimientos
de la historia son interesantes.
Hay relatos que presentan una apariencia de duración
coincidente. Lo normal es que se eliminen
las partes de la historia que resultan innecesarias, a eso se le llama una elipsis.
Cuando se manejan con habilidad e imaginación las elipsis, los resultados
pueden ser sorprendentes (como en Odisea del
Espacio, de Kubrick). Si pretendemos mantener la tensión de una escena debemos
contar minuciosamente, sin elipsis Ej. Lenguaje del cine 1 (Elipsis, 4,43) Ese mismo efecto lo vemos en Si muriera antes de despertar (p. 190)
cuando en niño entra en la casa donde está retenida Jeanie:
No me atrevía a ir a la puerta principal, porque la luz de la luna daba de lleno en ese lugar; y porque sabía que las maderas del porche crujirían como un demonio bajo mis pies. Sin pensarlo más, me subí a una ventana, tratando de no hacer ruido contra las tablas de la pared, para echar una ojeada al interior; en la escuela, soy de los mejores subiendo a pulso. Pero no logré ver absolutamente nada porque cuando pude asomarme por la ventana todo estaba a oscuras. Bajé de la ventana para descansar y se me ocurrió una idea para comprobar si podrían entrar a salvo o no. Cogí un puñado de piedrecitas, las tiré al interior, y las oí caer en el suelo como si fueran granizo. Me agaché, dispuesto a lanzarme a la carrera en dirección a los árboles, pero nada se removió ni pasó nada. De manera que una vez más me armé de valor y me encaramé de nuevo a la ventana, aunque esta vez me decidí a entrar en la casa.
Esperaba que unas manos surgieran
de improviso de la oscuridad para atraparme, pero no pasó nada; poco a poco vi
que la luz de la luna iluminaba el frente de la casa, y ella me sirvió de guía.
Pasé por un hueco de la pared en el que alguna vez hubo una puerta y me encontré
en una especie de vestíbulo muy iluminado por la abertura de la puerta y por la
claraboya que había en el techo; a un costado vi una desvencijada escalera que
se perdía en la oscuridad.
Armándome de valor, puse la
mano en la barandilla, y empecé a subir despacio, deteniéndome en cada escalón.
Estos crujían y en un momento dado la maldita escalera produjo un estallido,
como un tronco al fuego, y me quedé inmóvil y con la lengua fuera, pero no pasó
nada, ni nadie apareció; yo estaba muerto de miedo. La casa parecía continuar
esperando.
Esperaba que unas manos surgieran
de improviso de la oscuridad para atraparme, pero no pasó nada; poco a poco vi
que la luz de la luna iluminaba el frente de la casa, y ella me sirvió de guía.
Pasé por un hueco de la pared en el que alguna vez hubo una puerta y me encontré
en una especie de vestíbulo muy iluminado por la abertura de la puerta y por la
claraboya que había en el techo; a un costado vi una desvencijada escalera que
se perdía en la oscuridad.
La velocidad. El ritmo narrativo
Cuando un período de
tiempo de la historia se cuenta brevemente en el relato, se produce un ritmo
rápido, una sensación de velocidad. Gramaticalmente se expresa con pocos
adjetivos, oraciones breves y verbos de acción. Lo comprobamos en el relato Hombre muerto, cuando el protagonista es
descubierto por el inspector del ferrocarril y la acción se precipita en una
persecución (observa los verbos en forma personal):
- ¡Ajá! ¿Conque escondiéndote
de mí, eh?
La luz de la linterna lo
iluminó desde lo alto del furgón. Lucky saltó, se agarró a la pared del vagón,
se incorporó y volvió a saltar por encima. Al caer sobre el terraplén le
dolieron los tobillos por la violencia del impacto, y se tambaleó un momento
antes de recobrar el equilibrio. El detective estaba junto a él, sujetándole.
Consiguió soltarse, corrió al lado de la vía hasta que dejó atrás el furgón de
cola y se internó en la oscuridad. El detective lo seguía, pero era un hombre
corpulento y empezaba a perder terreno. (…) Lucky buscó algo donde agarrarse y
puso la mano en un raíl. El detective se la pisó. El dolor le obligó a
retirarla, pero en seguida volvió a extenderla. Esta vez sus dedos se cerraron
sobre un perno que sobresalía tres o cuatro centímetros por encima de una
traviesa. El detective tiró del muchacho, el perno salió del agujero y lucky
reanudó la forzada carrera.
Por el contrario cuando el
tiempo del relato dura más que el de la historia, cuando un período de tiempo
se narra ampliamente, se produce un ritmo lento. Es como contar a cámara lenta. Las frases entonces son más largas, abundan
los adjetivos y adverbios; los verbos copulativos o de estado y los
complementos. Seguimos leyendo el relato anterior y la acción se detiene, el
ritmo del relato también:
Lucky aminoró la marcha, se paró y se dio media
vuelta. Luego todo su cuerpo se replegó como un muelle para lanzarse en una
apasionada y convulsa embestida. El perno, que el chico aún seguía empuñando,
golpeó la cabeza del detective y Lucky sintió el crujido de un hueso. Se quedó
allí, contemplando algo oscuro e informe que yacía tumbado sobre los raíles.
Mira
como ralentiza en tiempo Rubén García en su microrrelato, Mi gran momento
Estoy en el área rival en un partido decisivo, me
lanzan un centro con el que pienso en hacer una chilena, ganar ese partido de
Champions League y que me ovacione todo el campo. El balón me viene a la altura
de la cabeza, poco antes me desmarco, doy un salto, estiro mi pierna…, con un impacto
certero hago la chilena y el balón sale rozando la zapatilla que hace de poste
de la portería en las canchas del parque.
¿Cuánto tiempo pasa desde que le lanzan el balón y él lo envía a la red?
¿Y cuánto tiempo se emplea en narrar ese momento?
El ritmo es algo que tienes que
manejar con intención en tu relato, no se cuenta a la misma velocidad una
espera aburrida que el momento una acción trepidante. Eres tú quien tiene que
dosificar y combinar con habilidad los momentos rápidos con los lentos.
Vamos a practicarlo:
escribe un momento de tu relato (o dos) en el que puedas utilizar
intencionadamente el ritmo temporal: un ritmo lento y un ritmo rápido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario